Ahorro de Energía
Ahorro de Energía
Tengamos en cuenta que las familias somos responsables del 30% del consumo total de energía del país.
Todos somos conscientes del incalculable valor que tienen los recursos que, convertidos en electricidad, calor o combustible, hacen más fácil y confortable nuestra vida cotidiana y permiten que nuestras industrias y empresas nos puedan dar servicios, o simplemente que podamos trasladarnos a otros lugares.
Pero la energía que nos permite ese bienestar es un bien escaso en la naturaleza que podemos agotar, además de que todos sabemos que su uso indiscriminado tiene impactos negativos sobre la contaminación ambiental y como consecuencia sobre nuestra salud.
Siempre tenemos que partir del concepto de que no hay energía más sostenible y más económica que la que no se consume.
Esto significa que ¿tenemos que perder el confort en nuestros hogares?. No, nunca, se trata de conseguir el mismo o mejor confort pero consumiendo menos energía, contaminando menos nuestra ciudad y ahorrando en nuestras facturas.
Desde nuestra concejalía de sostenibilidad movilidad y renovables creemos que tenemos dos objetivos prioritarios:
- Ahorrar energía, utilizarla de forma eficiente para conseguir más confort con menos consumo.
- Utilizar energías renovables de fuentes limpias e inagotables como el sol.
Para conseguir estos objetivos es imprescindible que estemos bien informados y que tengamos identificados los diferentes consumos de energía que se producen en la vida cotidiana y la oportunidad de mejorarlos.
Con pequeñas modificaciones de nuestros hábitos de conducta, todos podemos contribuir a reducir nuestros consumos de energía sin renunciar al confort, por eso os recomendamos que sigáis leyendo nuestra web.
La aplicación de estas prácticas en nuestras casas, en el trabajo, a la hora de utilizar nuestro coche o cuando compramos un nuevo coche o un simple electrodoméstico, tiene beneficios no sólo en términos de ahorro económico, sino también para nuestro medio ambiente.
Lo primero que tendríamos que conocer es la situación energética de nuestra casa, es decir necesitamos hacer un análisis de posibles ahorros de energía tanto en climatización y agua caliente, como en energía eléctrica para iluminación y electrodomésticos, como de agua.
Podemos tener una idea general con el simple análisis de los consumos a partir de las facturas o el análisis de los hábitos de utilización.
Es importante que analicemos cada uno de los conceptos de nuestras facturas, a veces reduciendo la tarifa conseguimos reducir lo que denominamos “término fijo” muy elevado en ocasiones y qué ahorremos el consumo que ahorremos, como su nombre indica, siempre es el mismo.
El edificio
La adquisición de una vivienda es seguramente la mayor inversión que se acomete a lo largo de la vida, y en general las principales preocupaciones a la hora de elegir se centran en el precio, el tamaño y la localización de la misma.
Sin embargo es muy importante considerar todos los aspectos que van a contribuir a la calidad de nuestra casa y, por tanto, de nuestra propia calidad de vida, como son sus características constructivas, sus instalaciones de climatización y de iluminación, la posibilidad de disponer de energías renovables, la cercanía a nuestro trabajo y entorno familiar, etc.
Esto mismo es de aplicación cuando vamos a alquilar una vivienda, un alquiler más bajo con malas condiciones constructivas, equipos de climatización de bajo rendimiento, poca iluminación natural y mala calidad de la iluminación artificial pueden originar unos consumos y en consecuencia unos gastos en las facturas de iluminación que suban el alquiler por encima del de otra vivienda con alquiler más elevado pero menor consumo.
Actualmente tenemos herramientas, obligadas por ley, que el vendedor o el arrendatario de una vivienda tiene que entregarnos cuando compramos o alquilamos nuestra casa.
Este es el caso de la certificación energética. Tenemos otras que podemos contemplar como las termografías pero que no son obligadas o aunque no son muy costosas y nos dan un buen conocimiento del edificio que estamos estudiando.
¿Qué es la eficiencia energética?
Es el consumo de energía necesario para satisfacer la demanda energética del edificio en unas condiciones normales de funcionamiento y ocupación, que incluirá la energía consumida en calefacción, refrigeración, ventilación, producción de agua caliente sanitaria e iluminación, para mantener las condiciones de confort térmico y lumínico, y la calidad del aire interior.
¿Qué es la calificación energética?
Expresión de la eficiencia energética de un edificio o parte del mismo que se expresa con indicadores energéticos mediante la etiqueta de eficiencia energética, con el fin de que los propietarios o arrendatarios del edificio o de una unidad de este puedan comparar y evaluar su eficiencia energética.
La escala de calificación energética abarca desde la A, para los edificios muy eficientes, hasta la G, para los menos eficientes.
Si un edificio tiene una calificación G tendrá muchas opciones de mejorar su calificación energética y con ello su confort y su ahorro de energía, pero no se trata de una decisión genérica ni trivial, el técnico que haya realizado el certificado, evaluando los datos de calificación obtenidos, deberá incorporar en el certificado de eficiencia energética las medidas más adecuadas para mejorar su calificación, y estas estarán personalizadas para dicho edificio o vivienda concretos.
No olvidemos que el objetivo general de la certificación de edificios además de proporcionar información sobre la situación energética, es promover la implementación de medidas de mejora de la eficiencia energética dentro de un contexto de viabilidad técnica y económica.
CUANTO MÁS CERCA DE LA CALIFICACIÓN A ESTÉ NUESTRA CASA, MENOS CONTAMINACIÓN PARA NUESTRA CIUDAD, MEJOR CONFORT PARA NOSOTROS Y MENOR CONSUMO DE COMBUSTIBLE Y POR TANTO MENOR GASTO EN NUESTRAS FACTURAS.
Muy importante tenerlo en cuenta cuando alquilamos o compramos nuestra vivienda.
¿Qué es la etiqueta de calificación energética?
Es el distintivo que señala el nivel de calificación de eficiencia energética obtenida por el edificio o unidad del edificio.
Es muy similar a la etiqueta de lavadoras, lavavajillas o frigoríficos, y siempre la miramos cuando vamos a adquirir uno de ellos, entonces ¿Cómo no la vamos a tener en cuenta para comprar o alquilar nuestra vivienda?
¿Qué información nos proporciona el certificado y la etiqueta energética?
El certificado energético se realiza mediante un procedimiento reconocido por el Ministerio y por un técnico competente que debe siempre visitar el edificio o la vivienda, y en él se consigna:
- El procedimiento reconocido utilizado para obtener la calificación de eficiencia energética.
- La normativa sobre ahorro y eficiencia energética de aplicación en el momento de su construcción.
- Las características energéticas del edificio: envolvente térmica, instalaciones térmicas y de iluminación, condiciones normales de funcionamiento y ocupación, condiciones de confort térmico, lumínico, calidad de aire interior y demás datos utilizados para obtener la calificación de eficiencia energética del edificio.
- La calificación de eficiencia energética del edificio expresada mediante la etiqueta energética (desde la G hasta la A de ahorro).
- El consumo de energía primaria en kWh m2/año, las demandas (necesidades) en kWh m2/año, las emisiones de CO2 en kg CO2/m2 año, todo ello tanto global como para cada uno de los servicios de calefacción, refrigeración, agua caliente sanitaria e iluminación.
- Para los edificios existentes, documento de recomendaciones para la mejora de los niveles óptimos o rentables de la eficiencia energética de un edificio o de una parte de este, que abordarán medidas aplicadas en el marco de reformas importantes de la envolvente y de las instalaciones técnicas de un edificio, y medidas relativas a elementos de un edificio, independientemente de la realización de reformas importantes. Las recomendaciones incluidas en el certificado de eficiencia energética deben ser técnicamente viables y podrán incluir una estimación de los plazos de recuperación de la inversión o de la rentabilidad durante su ciclo de vida útil.
Como se puede observar este certificado nos aporta valores de consumos de calefacción, refrigeración, agua caliente sanitaria e iluminación y valores de contaminación por cada uno de estos consumos.
Cuanto menos consumimos, menos gastamos y menos contaminamos.
¿Qué edificios tienen obligación de tener un certificado de eficiencia energética?
Hay 3 casos en los que se debe obtener dicho certificado:
- Edificios de nueva construcción.
- Edificios públicos de superficie útil total superior a 250 m2 y que sean frecuentados habitualmente por el público.
- Edificios o viviendas existentes que se vendan o alquilen a un nuevo arrendatario, siempre que no dispongan de un certificado en vigor (10 años). Es muy importante solicitar el certificado en caso de comprar o alquilar una vivienda, con este certificado sabremos cuanta energía consumiremos.
Las termografías son unas “fotos” térmicas que permite medir temperaturas a distancia y sin necesidad de contacto físico con el objeto a estudiar, mediante la captación de la intensidad de radiación infrarroja que emiten los cuerpos.
Utilizando cámaras termográficas podemos convertir la energía radiada (W), invisible al ojo humano, en una imagen visible formada a partir de la temperatura superficial de los objetos captados por la cámara.
¿Para qué nos sirve una termografía?
Esta “foto térmica” nos permite estudiar la envolvente en nuestro edificio para conocer y detectar muchos de los problemas de la edificación, por ejemplos las pérdidas de energía por falta de aislamiento, falta de estanquidad de carpinterías, problemas de condensaciones, humedades, etc.
Esto nos permite conocer el estado de los edificios, analizar el potencial de mejora y decidir las intervenciones a realizar, en concreto la colocación de aislamiento, la sustitución de ventanas, o un simple sellado de cajas de persianas.
También son de mucha utilidad para verificar el aislamiento de las instalaciones de climatización que podrían perder su eficiencia con un recorrido de tuberías o conductos mal aislados.
Rehabilitar térmicamente un edificio no es tan complicado ni tan caro como en principio puede parecer y tiene beneficios muy notables.
Partimos de la base de que todos los edificios construidos antes de 1980 carecen de aislamiento térmico, excepto que se hayan rehabilitado con criterios energéticos.
Por ley, desde octubre de 2006 que entra en vigor el Código Técnico de la Edificación (CTE), es obligatorio aislar los edificios existentes cuando se realicen reformas que afecten a más del 25% del total de los cerramientos de un edificio que cuente con una superficie útil superior a 1.000 m2.
En cualquier caso para cualquier edificio de más de 20 años o insuficientemente aislado, es aconsejable la colocación de aislamiento térmico con la que podría alcanzarse, fácilmente, un ahorro del 35% de la energía consumida en calefacción y/o refrigeración y una importe reducción de ruido.
En la práctica, cuando se realiza una obra de reparación de fachadas la mayor parte de los costes se deben a la mano de obra, montaje de andamios, etc., por ello, asumiendo que se van a asumir esos costes fijos, cuando se vaya a realizar una reforma se debería considerar una mejora del aislamiento, aunque este no haya sido el motivo principal de la reforma.
Es importante tener en cuenta que la rehabilitación térmica se paga por sí sola, ya que el coste de las obras se verá compensado con una menor factura de energía.
Además es como comprar un abrigo o un calefactor, los dos protegen del frío pero el abrigo lo pagas y ya no tienes más gasto, el calefactor lo pagas y luego sigues pagando la factura de la energía que consume.
Las soluciones de aislamiento se pueden realizar tanto por la parte interior como por la parte exterior del edificio o por inyección en los muros.
Aislamiento por exterior
La colocación de Sistemas de Aislamiento Térmico por el Exterior se conoce habitualmente como SATE.
Intervenir por el exterior del cerramiento soporte presenta las siguientes particularidades:
- En todos los casos las obras se realizan desde el exterior por lo que no se originan molestias para los usuarios del edificio.
- Al instalar el aislamiento sobre la fachada, no se reduce la superficie útil de la vivienda.
- Se corrigen todos los puentes térmicos de las fachadas, de modo que se evita la falta de confort asociada a las paredes frías y el riesgo de formación de condensaciones superficiales e, incluso, moho. Este aspecto es especialmente importante en el caso que es donde se producen prácticamente todos los puentes térmicos: encuentros con la estructura (pilares, vigas, frentes de forjado) y formación de huecos (alféizares, mochetas, dinteles, capialzados).
Aislamiento por interior
Es especialmente adecuado aislar por el interior cuando sólo podemos actuar en nuestra vivienda, o tenemos un problema puntual en algún muro o similar.
Evidentemente tenemos una pérdida de superficie, no muy grande, pero que según la superficie de la vivienda puede o no ser significativa. Habría que analizar la pérdida de espacio útil en función de los ahorros energéticos y beneficios medioambientales que supone la intervención.
Un problema son las molestias para el usuario durante la ejecución, si bien si estamos reformando la vivienda serán insignificantes y probablemente compense.
Otro inconveniente es la dificultad para corregir los puentes térmicos. Será relativamente sencillo aislar los puentes térmicos “integrados” en la fachada, como pilares, cajas de persianas y formación de huecos. Sin embargo, será prácticamente imposible la resolución de los puentes térmicos lineales o de contorno como el forjado inferior y superior.
Es aplicable a cualquier tipo de fachada, por ejemplo en el caso de edificios con un grado de protección como parte del patrimonio histórico-artístico, intervenir por el interior será la única opción ya no será viable aislar por el exterior, dada la alteración que supondría de las fachadas.
Aislamiento en cámara
El aislamiento térmico insuflado consiste en rellenar de aislamiento térmico la cámara de aire que tienen las fachadas de casi todas las viviendas construidas entre 1980 y 2007.
Es una actuación sencilla, rápida y económica que no genera demasiadas molestias ya que la obra se limita a realizar pequeñas perforaciones para insertar la boquilla de insuflado ya sea desde el interior o el exterior de la vivienda. Sus efectos se aprecian desde el primer momento.
Pero no todas las fachadas disponen de esta cámara, ni todas las cámaras son aptas para rellenar. Si la cámara va de forjado a forjado sería factible insuflar sólo en una vivienda.
Un inconveniente es generalmente la imposibilidad para corregir los puentes térmicos.
Carpintería
La carpintería representa habitualmente entre el 25 % y el 35 % de la superficie del hueco. Sus principales propiedades, desde el punto de vista del aislamiento térmico, dependen del material con el que están fabricados y de si tienen rotura de puente térmico.
La rotura de puente térmico consiste en la incorporación de uno o varios elementos separadores de baja conductividad térmica que separan los componentes interiores y exteriores de la carpintería logrando reducir el paso de energía a su través, mejorando el comportamiento térmico de la carpintería.
Las carpinterías más habituales son metálicas, siempre deben ser con rotura de puente térmico, de madera con perfiles macizos que por su naturaleza y su baja conductividad proporcionan unos niveles importantes de aislamiento térmico, o de PVC, formadas por perfiles normalmente huecos que tienen un buen comportamiento térmico.
Con independencia de los materiales de la carpintería es muy importante en términos de aislamiento el sistema de apertura y cierre de la ventana. Es fundamental que quede bien estanca para que no se produzcan filtraciones.
Vidrio
El vidrio es el elemento fundamental de la ventana si atendemos a la superficie ocupada. Su principal propiedad es la transparencia que permite elevados aportes de luz que contribuyen a una buena iluminación natural de la vivienda y de calor que permiten reducir el consumo de energía en invierno, sin comprometer sus prestaciones de aislamiento térmico.
Podemos encontrar:
- Vidrio sencillo monolítico formado por una única hoja de vidrio o vidrios laminares formados por dos o más hojas unidas entre si por toda su superficie.
- Unidad de Vidrio Aislante (UVA): conocido como doble cristal con cámara de aire entre ambos. Se trata de un conjunto formado generalmente por dos, pero podrían ser tres, láminas de vidrios monolíticos separados entre sí por uno o más cámaras de aire herméticamente cerradas a lo largo de todo el perímetro. Esta cámara de aire, inmóvil y seco, limitan el intercambio de calor por convección y conducción, aumentando mucho su capacidad de aislamiento térmico y acústico. Las UVAs al estar formadas por dos o más vidrios monolíticos permiten la combinación de diferentes tipologías en función del espesor del vidrio y de la separación entre ellos (espesor de la cámara). El incremento progresivo del espesor de la cámara incrementa proporcionalmente su capacidad de aislamiento, hasta un límite donde deja de ser efectivo.
- Vidrio de baja emisividad: Son vidrios monolíticos sobre los que se ha depositado una capa de óxidos metálicos muy fina (del orden de nanómetros) proporcionando al vidrio una capacidad de aislamiento térmico reforzado. Normalmente estos vidrios van ensamblados en UVA (doble acristalamiento) consiguiendo así sus máximas prestaciones de aislamiento térmico.
- Aísla tu casa: si no puedes instalar aislamiento en este momento coloca burletes en ventanas y puertas y controla las cajas de las persianas, ya que pueden tener aberturas por las que entre aire frío.
- La doble ventana o la ventana con doble cristal, contribuye significativamente al ahorro de energía, tanto en invierno como en verano.
- No olvides que las ventanas de aluminio crean puentes térmicos entre el exterior y el interior, por lo que si vas a poner ventanas de este material es conveniente que tengan rotura térmica.
- No te olvides en verano de proteger los huecos, ventanas, terrazas, balcones, situados al sur, con toldos, persianas o similares.
Las instalaciones
Información general
Lo primero que tendríamos que conocer es en qué consumimos la energía en nuestra casa.
Viendo el gráfico observamos el peso que tiene en nuestra economía el consumo de calefacción y de iluminación, seguido del agua caliente sanitaria.
Climatización
Existen diferentes vías para conseguir un ahorro de energía en los edificios, como son:
- Disminuir la demanda de energía en los edificios, sobre ello se puede encontrar información en Edificios.
- Sustituir las fuentes de energía convencionales por energías renovables (solar térmica, fotovoltaica, biomasa o geotérmica), sobre ello se puede encontrar información en Renovables.
- Utilizar sistemas y equipos térmicos más eficientes.
- La recuperación de energía residual y el enfriamiento gratuito.
Casi la mitad de la energía que gastamos es para calentar nuestra vivienda.
En invierno, la temperatura interior de diseño de los locales habitualmente ocupados estará comprendida entre 21°C y 23°C para personas con una actividad de tipo sedentario y para ropa de manga larga. Estas condiciones serán otras según los tipos de locales y la actividad desarrollada en ellos.
Sólo el 10% de los hogares españoles tiene una instalación centralizada, mediante la cual se da servicio a un conjunto de hogares, por lo general de un mismo bloque o comunidad, pero también puede ser de una urbanización o de un barrio los denominados “district heating”.
imagen calefacción centralizada.
Pero hubo una tendencia general en los años 80/90 de instalar sistemas individuales basados generalmente en calderas a gas. La llegada del gas natural a las ciudades y los edificios fue desplazando los calostatos eléctricos de enorme consumo energético y muy ineficientes, por calderas murales a gas mixtas para la calefacción y el agua caliente sanitaria. Allí donde no llegaba el gas natural llegaban los depósitos o bombonas de butano o propano.
La utilización de calderas individuales con producción instantánea de agua caliente sanitaria implica una potencia elevada, muy superior a la potencia de calefacción requerida en las viviendas. Por ello es importante elegir la tecnología modulante que adapta su consumo en función de la necesidad de calor en cada momento.
En la actualidad se aprecia un cambio de modelo en obra nueva volviendo a la climatización centralizada y a los sistemas de bomba de calor que son equipos con una eficiencia energética muy elevada. Incluso en urbanizaciones se llega al denominado “district heating” o climatización de barrio, más eficiente y respetuoso con el medio ambiente mayor cuando se integran energías renovables.
Es importante considerar la incorporación de contadores individuales de forma que se permita a cada usuario final conocer y optimizar su consumo real de energía.
Su principal objetivo es mejorar el rendimiento energético de los edificios, basándolo en el consumo individual. La instalación de contadores posibilita que cada usuario del inmueble abone únicamente la cantidad que consume, lo que le permite adecuar y optimizar el uso que hace cada uno de la energía, garantiza un confort adecuado, evita costes innecesarios y rebaja la huella de carbono del edificio. Su instalación puede suponer un ahorro económico medio del 24% del gasto total del edificio y en la mayoría de los casos la inversión queda recuperada en un plazo inferior a cuatro años.
Los combustibles más utilizados para la calefacción han sido el gas (natural, butano/propano), también el gasóleo y la electricidad. Actualmente se ha incorporado la biomasa como energía considerada renovable y las bombas de calor en las que la producción supere de forma significativa la energía necesaria para impulsarlas, algo que los equipos de aerotermia actuales consiguen sin problema.
En cuanto a la seguridad, si se instala una caldera a gas hay que tener en cuenta que sea estanca, es decir aquellas en las que la admisión de aire y la evacuación de los productos de la combustión tienen lugar en una cámara cerrada, sin contacto alguno con el aire del local en que se encuentran instaladas. Las calderas atmosféricas murales están prohibidas desde 1 de enero de 2010.
Desde el año 2015 es de aplicación la normativa europea ErP de etiquetado energético y diseño ecológico. Esta etiqueta afecta a calderas, bombas de calor de aerotermia, equipos de cogeneración de potencia inferior a 400W que deberán incorporar una etiqueta energética que identifique su eficiencia energética.
Entre los datos que aparecen en la etiqueta estará como siempre el nivel de eficiencia energética, en una escala que va en este caso desde las categorías de mayor eficiencia (A+++) a menos eficientes (G) debiendo, en las calderas mixtas indicarse de forma independiente la eficiencia para la calefacción y la generación de agua caliente sanitaria. También se indica el nivel de ruido, la potencia térmica nominal y la cantidad de agua caliente que puede generar con las letras XXS, M, L o XXL.
El objetivo de esta normativa es alcanzar los protocolos internacionales de reducción de emisiones de CO2 y más en concreto lograr los objetivos europeos del 20/20/20 en 2020.
La etiqueta de eficiencia energética de una caldera mixta incorpora la siguiente información:
Entre las calderas de gas, las más eficientes energéticamente son las calderas de condensación que recuperan parte del calor de la combustión, particularmente el calor latente del vapor de agua que se produce durante el proceso. Su temperatura óptima de operación es 30-50ºC del circuito de calefacción. Otra propiedad es que emiten los humos casi fríos, a temperaturas de sólo 40-60ºC. Su rendimiento es del 100%.
Aerotermia
Una bomba de calor es un aparato cuyo funcionamiento consiste en transportar energía en forma de calor de un ambiente (que puede ser aire, agua o suelo) a otro. Este proceso, basado en la aerotermia, se genera a través del cambio de estado de gas a líquido de un fluido refrigerante por medio de la temperatura ambiente y con ayuda de un compresor.
La bomba de calor tiene la capacidad de capturar energía de fuentes externas y gratuitas. Esta característica hace que sea un equipo que multiplica la potencia eléctrica de accionamiento del compresor, transportando calor útil de forma altamente eficiente.
Lo habitual es que se trate de equipos individuales, aunque son mucho más recomendables los sistemas centralizados, en los que el calor transferido por la bomba de calor es distribuido generalmente por una red de conductos de aire y rejillas o difusores, o mediante tubos con agua caliente a través de los cuales se hace pasar aire (fan-coils).
Su principal ventaja es su elevada eficiencia energética, es decir su capacidad para suministrar más energía útil, en forma de calor, de la que utiliza para su funcionamiento. Por cada kWh de electricidad consumida se transfiere entre 2 y 4 kWh de calor, pudiendo llegar a producir un ahorro del 70% respecto a un sistema de calentamiento tradicional. Además, la bomba de calor no sólo permite calentar sino también enfriar.
Tienen un inconveniente cuando se utilizan en lugares con temperaturas muy bajas funcionan peor, al tener dificultades para captar el calor del ambiente exterior. Algunos equipos, en ese caso, recurren a resistencias eléctricas de apoyo.
Los equipos del tipo “inverter”, que regulan la potencia por variación de la frecuencia eléctrica, ahorran energía y son más eficaces con bajas temperaturas exteriores.
También es fácil conocer sus prestaciones a partir de su etiquetado energético.
Según el RD 736/2020, para determinar si una instalación se encuentra excluida de la obligatoriedad de instalar estos sistemas de contabilización individualizada se deberá analizar si es viable técnica y económicamente para lo que será necesario recurrir a la empresa mantenedora de la instalación térmica centralizada que en caso de determinar que la instalación no es viable deberá emitir un certificado siguiendo el formato incluido en el Anexo II del Real Decreto.
En el caso de que se concluya que es viable la instalación de equipos de contabilización individualizada o, en su caso, de repartidores de costes o sistemas alternativos, la comunidad deberá solicitar un presupuesto acreditativo para realizar la instalación, en la Comunidad de Madrid, antes de:
- 1 de julio de 2021, para edificios con 20 o más viviendas
- 1 de diciembre de 2021, edificios de menos de 20 viviendas
Teniendo en cuenta que se deberá proceder a la instalación en un plazo máximo de 15 meses desde las fechas límite para pedir presupuesto, dando margen para realizar las modificaciones en épocas que no requieran el uso de calefacción.
Para proporcionar un equilibrio o bienestar térmico tenemos que lograr un equilibrio entre el calor del cuerpo y la temperatura del ambiente. Las válvulas termostáticas están concebidas para controlar la temperatura ambiente de una habitación, variando el caudal de agua a la entrada del radiador. Esto permite obtener un mejor confort y mayor economía en función del uso al que se destina cada habitación.
Es fundamental que el usuario pueda decidir la temperatura óptima de los ambientes en que habitualmente vive o trabaja, obteniendo a su vez un ahorro energético.
Desde marzo del 2003 es obligatoria su instalación para conseguir un ahorro energético, según el Real Decreto 1218/2002.
Estas válvulas permiten mantener la temperatura fijada para el interior de cada habitación aunque se produzcan durante la jornada variaciones de las cargas térmicas por variación imprevista de la temperatura externa, un mayor número de personas, equipos eléctricos, radiación solar a través de ventanas, etc.
En estos casos las válvulas termostáticas montadas en el radiador, impiden el efecto de sobretemperatura, sin afectar al normal suministro de calor al resto de las habitaciones de la casa.
- Aunque la sensación de frio-calor sea subjetiva, se puede asegurar que una temperatura entre 19ºC y 21ºC es suficiente para la mayoría de personas. Además, por la noche, en los dormitorios es suficiente una temperatura de 15º a 17ºC para dormir cómodos. Si nos ausentamos por unas horas podemos dejar el termostato a 15 ºC (posición “economía” de algunos termostatos). Pensemos que por cada grado que incrementamos la temperatura se elevará el consumo energético un 5-7%.
- Se duerme mejor con la calefacción apagada y por la mañana no la enciendas hasta no ventilar la casa y cerrar las ventanas. Por la noche cierra las persianas y cortinas para evitar pérdidas de calor. Por la mañana es suficiente con abrir las ventanas alrededor de 10 minutos para renovar el aire.
- Ahorra entre un 8 y un 13% de energía colocando válvulas termostáticas en radiadores o termostatos programables, son además soluciones asequibles y fáciles de colocar.
- Cuando los radiadores tienen aire en su interior este dificulta la transmisión de calor. Purga este aire debe purgarse al menos una vez al año, al iniciar la temporada. En el momento que deje de salir aire y comience a salir sólo agua, estará limpio.
- No cubras los radiadores ni pongas objetos al lado, porque se dificulta el calentamiento y la difusión del aire caliente.
Existen pocas viviendas que se construyan con instalaciones centralizadas de aire acondicionado, sin embargo, son mucho más eficientes.
Existen diferentes tipos de equipos de aire acondicionado:
- Sistemas compactos: donde el evaporador y el condensador se encuentran en la misma carcasa. El más común es el tipo ventana.
- Sistemas partidos: compuesto por las dos unidades separadas; la exterior (condensador) y la interior (evaporador).A igualdad de potencia, la unidad evaporadora y la condensadora son mayores en los sistemas partidos, lo que les permite alcanzar mayores rendimientos que los equipos de ventana.
Existe una tercera categoría de tipo portátil, en dos versiones, una que expulsa el aire al exterior a través de un tubo; y otra que tiene un condensador que se sitúa en el exterior. Son menos eficientes que los equipos de pared.
- Irreversible: aquellos que solo pueden suministrar o frio o calor.
- Reversible: pueden suministrar tanto frio como calor. Tienen generalmente una posición de ventilación permite ahorrar energía intercambiando el aire de dentro con el de fuera.
Están pensados para refrescar el ambiente unos pocos grados, pero su consumo es muy bajo.
Los ventiladores producen una sensación de descenso de temperatura entre 3 ºC y 5 ºC, y su consumo de electricidad es muy bajo.
De nuevo es imprescindible estudiar su etiqueta energética para conocer sus prestaciones.
La etiqueta energética en el aire acondicionado debe figurar tanto en la unidad interior como en la unidad exterior. Incluye la siguiente información:
De nuevo es imprescindible estudiar su etiqueta energética para conocer sus prestaciones.
La etiqueta energética en el aire acondicionado debe figurar tanto en la unidad interior como en la unidad exterior. Incluye la siguiente información:
La clasificación energética va, en este caso, desde el A+++ de mayor eficiencia energética, hasta la G que una vez más es la de menor eficiencia energética.
Consumo energético por zona geográfica: esta información consiste en una estimación media, en kWh, de lo que gastará el equipo en un año. De esta manera, el comprador puede verificar el gasto que tendrá en comparación con otro equipo, siempre tomando como base la normativa que especifica las zonas geográficas.
Potencia en refrigeración: la capacidad de enfriamiento si el equipo está a pleno funcionamiento.
- SEER: eficiencia energética del equipo en refrigeración, es realmente el rendimiento estacional, es decir el cociente entre la capacidad frigorífica y el consumo de energía necesario para obtenerla en la estación climática de calor.
- SCOP: eficiencia energética del equipo en calefacción, es realmente el rendimiento estacional, es decir el cociente entre la capacidad calorífica y el consumo de energía necesario para obtenerla en la estación climática de frio.
Nivel sonoro de la unidad exterior e interior, expresada en dB(A).
El mapa de Europa que aparece reflejado en la etiqueta energética, nos indica que hay tres tipos de regiones en función de sus temperaturas: frías (en color azul), templadas (en verde) y cálidas (en rosa), que muestran tres temporadas de calefacción indicativas diferentes y sus respectivos cuadros de color.
- Se puede conseguir hasta un 60% de ahorro de energía instalando toldos en las ventanas donde incide el sol y aislando adecuadamente, el aislamiento térmico es eficiente contra el frío y el calor.
- Para ventilar, abre las ventanas por la mañana cuando el aire aún está fresco. Ciérralas antes de que el sol empiece a calentar demasiado.
- Fija la temperatura de refrigeración en 26º.
- Un ventilador, preferentemente de techo, puede ser suficiente para mantener un adecuado confort.
- Cuando utilices el aire acondicionado, no ajustes el termostato a una temperatura más baja de lo normal: no enfriará la casa más rápido y se provoca un consumo excesivo e innecesario.
- Todos los aparatos eléctricos y electrónicos deben tratarse separadamente como residuos y muy especialmente los que incluyen circuitos con gases refrigerantes. Recuerda que el comerciante al que adquieras un nuevo aparato de estas características, tiene la obligación de retirar el antiguo e introducirlo en el circuito de reciclaje.
El agua caliente sanitaria es la causa de casi un 20% del consumo de energía de nuestro hogar.
Existen dos formas principales para calentar el agua sanitaria:
Son sistemas que calientan el agua en el mismo momento en que se requiere.
Estos sistemas tienen el inconveniente de que al calentar el agua en el momento en que se demanda hasta que el agua alcanza la temperatura deseada en el grifo de destino, se desperdicia una considerable cantidad de agua y de energía, lógicamente más elevada cuanto más alejado se encuentre el equipo de los puntos de consumo.
Tampoco resultan eficiente los continuos encendidos y apagados que se producen cada vez que se abre el grifo y se pone en marcha el equipo.
Pueden ser de gas o eléctricos. En el caso de los calentadores o calderas murales mixtas de calefacción y agua caliente a gas, el agua se calienta por contacto directo con la llama. Es el caso de calentadores eléctricos instantáneos, el agua se calienta cuando pasa a través de un sistema de resistencias eléctricas.
Los equipos eléctricos son muy ineficientes energéticamente hablando, salvo que se abastezcan con energía renovable.
Son sistemas en los que el agua caliente está acumulada y cuando la temperatura del agua contenida baja de un determinado valor prefijado entra en funcionamiento un sistema de calentamiento, ya sea un quemador de gas o una resistencia eléctrica, para elevarla de nuevo hasta la temperatura fijada.
Son sistemas también poco eficientes desde el punto de vista energético, especialmente los de calentamiento directo con resistencia eléctrica (efecto Joule). Es importante que el depósito, además de estar bien aislado para evitar pérdidas de calor, se conecte solamente cuando realmente sea necesario, mediante un reloj programador.
En este caso el agua llega caliente al grifo muy rápidamente.
Son los más utilizados entre los sistemas de producción centralizada de agua caliente. En las viviendas tienen el problema del espacio que ocupan. El agua, una vez calentada, se almacena, para su uso posterior, en un depósito acumulador, siempre debidamente aislado para evitar pérdidas de calor.
El equipo que calienta el agua puede ser, por ejemplo, una caldera o una bomba de calor.
Estos sistemas combinados son más eficientes y presentan ventajas, como evitar los continuos encendidos y apagados del equipo de calentamiento y tener agua caliente casi desde el momento en que se abre el grifo.
Además son fácilmente combinables con instalaciones solares térmicas.
En el caso de sistemas centralizados la potencia necesaria para suministrar agua caliente a un conjunto de usuarios es muy inferior a la suma de las potencias que corresponderían si los suministros se hiciesen de forma individual, lo que hace especialmente eficiente el sistema.
- Los sistemas con acumulación de agua caliente son más eficaces que los sistemas de producción instantánea y sin acumulación.
- Es muy importante que los depósitos acumuladores y las tuberías de distribución de agua caliente estén bien aislados.
- Es fundamental realizar un consumo responsable de agua, en concreto no dejar los grifos abiertos inútilmente, durante el afeitado, el cepillado de dientes, etc.
- A todos nos gusta un buen baño, pero una ducha consume del orden de cuatro veces menos agua y energía que un baño.
- Una temperatura entre 30ºC y 35ºC es suficiente para sentir el agua a temperatura agradable.
- Utiliza siempre grifos monomando de mezcla y emplea cabezales de ducha de bajo consumo, con lo que gastarás la mitad de agua y, por tanto, de energía.
- Para los aparatos a gas busca siempre un instalador autorizado para su instalación, y elige equipos estancos y de bajo NOx.
- Si vives en una vivienda unifamiliar plantéate la instalación de sistemas solares térmicos para la generación del agua caliente sanitaria es un ahorro seguro y la instalación es muy sencilla.
- En tu comunidad:
- En una comunidad de propietarios la calefacción y el agua caliente pueden suponer más del 60% de los gastos comunes. Con una buena gestión y mantenimiento de los servicios comunes se pueden conseguir ahorros medios superiores al 20%.
Igualmente, se pueden conseguir ahorros en el gasto energético de entre el 20% y el 30% mediante la medición individual de los consumos energéticos. Conocer lo que pagamos realmente por el servicio y saber que depende de nosotros pagar menos si consumimos menos es la forma más eficaz de ahorrar en una comunidad de propietarios.
Para las nuevas instalaciones colectivas de calefacción y agua caliente es obligatorio instalar contadores individualizados que permitan repartir los gastos en función del consumo real de cada vivienda.
Plantear la instalación de sistemas solares térmicos para la generación del agua caliente sanitaria es un ahorro seguro en muy poco tiempo.
En las instalaciones colectivas suele haber distancias considerables entre la caldera y las viviendas. Para evitar pérdidas, es importante aislar bien todas las tuberías especialmente cuando pasan por espacios no calefactados (sala de calderas, garajes, etc.).
- En una comunidad de propietarios la calefacción y el agua caliente pueden suponer más del 60% de los gastos comunes. Con una buena gestión y mantenimiento de los servicios comunes se pueden conseguir ahorros medios superiores al 20%.
Iluminación
La luz supone aproximadamente una cuarta parte del consumo eléctrico de nuestra casa y es una de las necesidades más importantes para la vida.
Para conseguir una buena iluminación hay que analizar las necesidades de luz que tiene cada parte de la vivienda ya que no todos los espacios tienen las mismas, ni durante el mismo tiempo, ni con la misma intensidad.
La luz blanca es la más adecuada para el ojo humano, pero otros colores de luz generan ambientes más cálidos.
Características energéticas:
En la etiqueta energética se expresa el consumo de energía ponderado en kWh por período de 1.000 horas, las horas de duración, los ciclos de encendido, etc.
Recuerda también que las lámparas no deben tirarse a la basura ordinaria por ser altamente contaminantes. Es importante llevarlas a un punto de recogida o a un punto limpio.
A partir del 1 de septiembre de 2021 el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico aplicará un nuevo etiquetado energético a las fuentes de iluminación similar al de los electrodomésticos.
Tipos de lámparas:
Su eficacia luminosa se encuentra entre 12 lm/W (lúmenes/Vatio) y 20 lm/W. Desde el año 2016 está prohibida su fabricación en la Unión Europea, excepto las destinadas a aplicaciones especiales.
Encontramos dos tipos:
- Bombillas incandescentes: son las más baratas pero las que tienen mayor consumo eléctrico y menor duración (aprox. 1.000 horas). En iluminación, sólo generan un 5% de la energía eléctrica que consumen.
- Lámparas halógenas: tienen mayor duración y una calidad especial en su luz. Algunas necesitan transformadores.
Su eficacia luminosa oscila entre los 40 lm/W y los 100 lm/W. Existen dos tipos:
- Tubos fluorescentes: de mejor eficacia luminosa. Son más caros que las bombillas incandescentes pero consumen un 80% menos de electricidad para la misma iluminación y tienen una duración entre 8 y 10 veces superior.
- Lámparas de bajo consumo: son más caras que las bombillas incandescentes, pero su larga vida útil (entre 8.000 y 10.000 horas) hace que se amortizan mucho antes de que dejen de iluminar. Proporcionan la misma luz que las incandescentes consumiendo un entre el 20%/25% menos de electricidad. Su uso es muy recomendable.
LED “Diodo Emisor de Luz”, tienen una eficiencia energética de unos 50 lm/W, mejor que la incandescencia, que puede llegar a 150 lm/W. Para iluminación el LED debe ser de luz blanca.
Tienen un largo periodo de vida útil, son ecológicas (protegen el medio ambiente y la salud), son muy eficientes en cuanto a iluminación se refiere, se pueden regular, emiten una buena cantidad de luz, se pueden aplicar de diferentes maneras y claramente fomentan el ahorro.
- Aprovecha la luz solar al máximo.
- Utiliza colores claros en paredes y techos hace que se aproveche mejor la iluminación natural y reduce la necesidad de luz artificial, haciendo que los espacios se aprecien más amplios.
- Sustituye las bombillas incandescentes por las de bajo consumo o fluorescentes de alto rendimiento.
- Mantén limpias las bombillas y lámparas.
- No dejes luces encendidas en habitaciones donde no estés, pero no apagues los fluorescentes de una zona si vas a volver a encenderlos en breve, ya que el mayor consumo energético se produce en el encendido.
- En tu comunidad:
- Se pueden conseguir ahorros importantes en iluminación sectorizando el alumbrado con sistemas de temporización o detectores de presencia que accionen automáticamente los encendidos/apagados de la luz.
Para ahorrar con los ascensores, en caso de contar con más de una unidad, se pueden instalar mecanismos de maniobra selectiva, que activan únicamente la llamada del ascensor más cercano al punto requerido.
Además es muy importante que la contratación eléctrica se ajuste a la potencia necesaria o que existan penalizaciones por no tener compensada la energía reactiva, que sobrecarga las redes de distribución de energía eléctrica.
Recuerda también los beneficios de incorporar una instalación de energía solar fotovoltaica para la comunidad y para cada uno de los vecinos y vecinas.
- Se pueden conseguir ahorros importantes en iluminación sectorizando el alumbrado con sistemas de temporización o detectores de presencia que accionen automáticamente los encendidos/apagados de la luz.
Agua
Todos los años se celebra el Día Mundial del Agua el tema elegido para este año 2021 por las Naciones Unidas es “Valoremos el agua”.
El valor del agua es mucho más que su precio: el agua tiene un valor enorme y complejo para nuestros hogares, la cultura, la salud, la educación, la economía y la integridad de nuestro entorno natural. Si pasamos por alto alguno de estos valores, corremos el riesgo de gestionar mal este recurso finito e insustituible.
Son desde luego enormes los retos que afrontamos en relación al agua. Abrir un grifo y que salga agua potable es normal para muchos, pero en este mundo en el que vivimos: más de 2.000 millones de personas no tienen acceso a agua potable. El acceso al agua segura y limpia, por tanto, no está garantizado. Y es una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
No hay ninguna duda de que el agua es un bien muy preciado. Comparado con el coste de otros suministros, la factura no es tan gravosa. Con todo, conseguir racionalizar el consumo de agua es bueno para nosotros y para nuestro entorno. Ahorrar agua en el hogar es posible.
Los datos del INE nos dicen que, en 2018, los españoles consumimos una media de 133 litros por habitante y día. Pero, en realidad esas cifras medias esconden diferencias significativas en el consumo. Influyen factores climáticos (por ejemplo, en época estival gastamos más agua), variables económicas (en general, se consume menos si se aplica una escala de precios del agua que penaliza el despilfarro), variables tecnológicas (el consumo es menor si el hogar está equipado con aparatos eficientes) y variables urbanísticas (las viviendas unifamiliares consumen bastante más que los pisos debido al gasto en el jardín).
Según las estadísticas de puertas para adentro, los tres usos principales de agua en una casa sin jardín tienen lugar en el cuarto de baño. La ducha o baño supone, por sí sola un tercio del consumo. Siguen el uso del inodoro y el gasto del agua en el lavabo.
Por ello está claro que actuando sobre estos tres elementos podemos lograr un ahorro importante en nuestra casa.
La primera medida para gastar menos agua es cerrar el grifo: no lo mantengas abierto mientras te laves los dientes, te enjabones o te afeites.
Además, no todos los grifos son iguales, algunos son más eficientes. Según la OCU si dejando abierto el grifo medio minuto el agua recogida es más de 4 litros el grifo es derrochador.
La solución en ese caso pasa por sustituir la grifería por otra más eficiente, o si no es posible colocar alguno de los sistemas que existen en el mercado para lograr reducir el caudal de agua que sale por el grifo: aireadores, perlizadores o reductores de caudal.
Unos estrechan el caño, otros introducen aire en el chorro de agua, y también los hay que limitan la apertura del mando. Son dispositivos que se instalan fácilmente en la boca del grifo, sustituyendo el filtro normal.
El inodoro también supone uno de los mayores gastos de agua en casa. Los modelos más eficientes cuentan con cisterna de doble pulsador, que descarga 3 litros para aguas menores y 6 litros para aguas mayores. Lo ideal es contar con una de estas cisternas.
- Dúchate en vez de bañarte. Llenar la bañera precisa al menos 200 litros, mientras que una ducha de cinco minutos gasta la cuarta parte.
- Vigila los goteos y fugas de los grifos pueden suponer una pérdida de 100 litros de agua al mes.
- Coloca reductores de caudal (aireadores) en los grifos.
- Nunca uses el inodoro como papelera. Y desde luego, no eches al WC desechos como las toallitas no degradables.
- Apuesta por la eficiencia en tus electrodomésticos..
- Lavar la vajilla a mano dos veces al día oscila entre los 120 litros si se hace a mano con el grifo abierto, o 60 litros si se utiliza la pila llena de agua. Poner el lavavajillas una vez al día consume 25 litros de agua.
- Los sistemas de doble pulsador o de descarga parcial para la cisterna del inodoro ahorran una gran cantidad de agua.
Los Electrodomésticos
Los electrodomésticos suponen aproximadamente el 25% del consumo de nuestro hogar. Pero es importante conocer cuáles de ellos suponen un mayor consumo.
El frigorífico es el electrodoméstico que más consume dentro de nuestro hogar. A pesar de que su potencia es menor que la de por ejemplo un secador, su uso continuo es el responsable de su elevado consumo.
Televisor es el segundo aparato eléctrico que más luz gasta, los expertos aconsejan elegir una pantalla LED para ahorrar energía y recuerdan la importancia de no dejar este electrodoméstico en modo «espera» («stand by»).
La lavadora, imprescindible en nuestras vidas, tiene un consumo similar al televisor. En la lavadora un 80% de su consumo energético procede del calentamiento de agua y por ello es aconsejable optar por lavados a baja temperatura y elegir programas «eco». También se aconseja valorar la compra de una lavadora termoeficiente, que toma el agua caliente directamente de la caldera en lugar de producirla dentro de la máquina, reduciendo de forma considerable el tiempo de calentamiento del agua . Si ello se suma a un sistema de producción de agua sanitaria eficiente (por ejemplo, paneles solares), el ahorro de energía puede ser importante.
El horno es un gran consumidor de energía al generar calor a altas temperaturas en un periodo muy breve de tiempo. Su consumo depende mucho del uso que se hace de él.
El ordenador que ha llegado a nuestros hogares los expertos destacan que los portátiles consumen mucha menos energía que los de mesa.
Los lavavajillas, aunque no lo parezca, su uso puede ser más económico y ecológico que el lavado a mano siempre y cuando se utilice lleno. El 90% de su consumo se produce durante el calentamiento del agua.
La secadora es uno de los electrodomésticos que más energía consume, por eso, es recomendable utilizar el centrifugado de la ropa antes de meterla en la secadora y elegir los aparatos que consumen menos como las de tecnología de bomba de calor, la versión a gas y las que incluyen ciclos de enfriamiento progresivo.
En la gráfica se aprecia un consumo importante, el consumo de “stand by”, que alcanza un 11% por dejar nuestro ordenador, nuestro televisor, etc., encendidos cuando no los utilizamos.
La adquisición de los electrodomésticos depende del usuario, por ello es tan importante que sepamos como comprar un equipo eficiente y eso gracias a la etiqueta energética es fácil de conseguir.
Nueva etiqueta energética de los electrodomésticos
La saturación de productos disponibles en el mercado de clase A+, A++ y A+++ ha sido uno de los motivos que ha conducido a realizar un cambio en la metodología de ensayos para medir la eficiencia de los electrodomésticos. Esta saturación hacía que no se pudieran diferenciar adecuadamente las nuevas tecnologías desarrolladas por los fabricantes dentro de la escala de eficiencia establecida.
Por ello a partir del 1 de marzo de 2021 el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico puso en vigor el nuevo etiquetado energético de electrodomésticos modificado por la Comisión Europea para adaptar la clasificación de eficiencia energética a la innovación tecnológica en la fabricación de los aparatos y los nuevos métodos de ensayo sobre el consumo de estos aparatos.
Es de aplicación a cinco familias de electrodomésticos, frigoríficos, congeladores y vinotecas, lavadoras y lavasecadoras, lavavajillas y pantallas electrónicas (incluidos monitores y televisiones) y debe estar visible tanto en las tiendas físicas como en la venta por Internet.
El nuevo etiquetado de productos eléctricos elimina las clases energéticas A+, A++ y A+++, volviendo a una escala de clasificación que va desde la A para los electrodomésticos de menor consumo hasta la G para los de mayor consumo y menor eficiencia energética. De esta forma, la etiqueta mantendrá siete clases de eficiencia energética.
Al mismo tiempo, las nuevas etiquetas incorporarán un código QR exclusivo para que el consumidor pueda acceder a través de su teléfono móvil a las características y datos específicos de cada modelo dentro de una nueva base de datos a escala europea denominada EPREL (European Product Database for Energy Labelling).
Esta nueva clasificación se debe al desarrollo, a nivel europeo, de nuevos métodos de ensayo sobre la eficiencia energética de los aparatos eléctricos. Se trata de los mismos métodos utilizados por los laboratorios y fabricantes en sus ensayos, que incorporan importantes cambios en sus mecanismos de medición para adecuarse de forma más efectiva al uso real que se hace de los electrodomésticos en los hogares.
Esta metodología de ensayo nos lleva a que tanto el consumo como la clasificación energética de un electrodoméstico puedan variar con respecto a las antiguas etiquetas y no exista una correlación entre la nueva clasificación y la anterior, de modo que un aparato clasificado hasta ahora como A+++ puede pasar a etiquetarse como clase B, C o incluso inferior en función de la aplicación de estas nuevas normas de ensayo.
Recordemos que el ahorro de energía con la consiguiente disminución en el consumo de agua y electricidad y la mejor protección del medio ambiente son dos factores que hay que tener muy en cuenta cuando adquirimos electrodomésticos, que generalmente están previstos para una larga duración y que consumen agua y energía cada vez que se utilizan.
- Mira bien la etiqueta energética antes de adquirir un electrodoméstico.
- Evita mantener la puerta del frigorífico abierta y comprueba que cierra bien.
- Limpia periódicamente la parte de atrás y asegúrate de que está bien ventilada. El congelador debe estar libre de escarcha.
- Aleja el frigorífico de los focos de calor y ajusta la temperatura a una posición intermedia.
- Por cada grado menos de temperatura aumenta el consumo un 5%.
- No metas alimentos calientes dentro de la nevera.
- Utiliza el lavavajillas y la lavadora a plena carga y si tienen programas de ahorro utilízalos, ya que consumen menos agua y menos energía.
- El lavado con agua fría ahorra hasta un 90% de electricidad.
- Las lavadoras de carga frontal consumen menos energía y agua que las de carga superior.
- Apaga el ordenador cuando no lo uses y utiliza como salvapantallas el fondo negro.
- Apaga el televisor y el vídeo cuando no lo utilices.
- Evita precalentar el horno para cocciones superiores a una hora, no abras la puerta durante el cocinado para revisar la comida y conviene apagarlo un poco antes de finalizar la cocción para aprovechar el calor residual.